Una apuesta por la costa de Barcelona

La costa de Barcelona es uno de los destinos de vacaciones más tradicionales de España, un territorio de gran riqueza natural, salpicado de localidades de pescadores, núcleos urbanos de diversa entidad y completos servicios, tanto de ocio como sanitarios, educativos y comerciales. Uno de sus principales atractivos es su ambiente acogedor, familiar y tranquilo del que pocas costas pueden presumir. Sus pequeños pueblos conservan esa esencia de modestia y paz que tenían antes del gran boom turístico y ofrecen al viajero un encanto especial, muy diferente al que se pueda encontrar en la Costa Brava o en la zona de Levante.

En una sociedad en la que se valora cada vez más la vuelta a lo sencillo, a las tradiciones de siempre, al bienestar sin complicaciones, esta costa de Barcelona se ha convertido en uno de los destinos más codiciados por familias y parejas que buscan un espacio en el que descansar y divertirse de una forma sana, segura y cómoda.

Pueblos como Santa Susanna, Calella, Malgrat de Mar y Pineda son las principales piezas de esta ruta de vacaciones que crece alrededor de Barcelona, en la que la cadena Fergus Hotels ha centrado buena parte de sus apuestas para la temporada 2015, creando una red de hoteles vacacionales en la costa de Barcelona orientados especialmente a familias, grupos y parejas.

Hoteles en Calella tan emblemáticos como el Hotel Espanya son parte de este portfolio en el que se ha priorizado el bienestar del viajero y su descanso a precios asequibles, capaces de competir con algunos de los grandes hoteles del centro de Barcelona, sobre todo en lo que respecta a comodidad y trato personalizado.

Además de Calella, Fergus ha concentrado su presencia en la costa barcelonesa con hoteles en Santa Susanna, alojamientos en Malgrat de Mar y en Pineda de Mar. Se trata de hoteles de pretensiones modestas pero con mucho mimo en los detalles, con una decoración moderna, sencilla y funcional que ofrece una agradable sensación de bienestar sin ostentaciones. Son más que correctos en aspectos como la gastronomía, las instalaciones y el espacio de las habitaciones y ofrecen una gran variedad de planes de ocio y servicios especiales.

El precio es uno de sus grandes valores, ya que son alojamientos asequibles, con tarifas económicas pero de alta calidad. Las ubicaciones son buenas y las críticas en los foros de viajeros les dan un notable en cuanto a servicio y atención al usuario, algo que no suele ser muy fácil de encontrar en una zona de turismo madura como la del Maresme.

El encanto de la costa de Barcelona

De Montgat a Magrat de Mar, donde desemboca el río La Tordera, discurre toda la llamada costa de Barcelona o costa del Maresme, uno de los litorales de Cataluña más famosos por sus espectaculares playas y el encanto de sus pequeños pueblos de esencia marinera. Destino habitual del turismo nacional, reúne nombres de lugares que huelen a verano y que han marcado la infancia de muchos en nuestro país: Caldetas, Calella, Santa Susanna….

Uno de los mejores pueblos para buscar alojamiento en el Maresme es Calella: su magnífica playa urbana, Port Bo, es una de las más auténticas de esta costa, ya que conserva toda su tradición de pescadores con las riberas salpicadas de pequeñas barcas de colores. Calella de Palafrugell es además un destino perfecto para familias con niños pequeños o para un fin de semana de playa en pareja. Destaca por su ambiente tranquilo y por sus buenos servicios turísticos.

La calle de la Esglesia es la más concurrida y comercial de Calella de Palafrugrell, un excelente lugar para conocer el ambiente de este destino tradicional de vacaciones en familia: tiendas de suvenires, chiringuitos de playa, restaurantes, bares, zonas de juegos para niños…

Muy cerca está el faro de San Sebastián, una zona de acantilados y calas de roca en las que disfrutar de una escapada romántica lejos de todo y con ese encanto que ofrece la localidad de Llafranc, una de las que todavía se mantiene intacta, alejada del turismo masivo. Aquí se puede ver una de las mejores puestas de sol de la costa del Maresme y probar algunos de los platos más sabrosos de la gastronomía marinera de esta zona de Cataluña.

Si seguimos avanzando, encontramos varios pueblos turísticos en los que es relativamente sencillo encontrar un buen alojamiento a precios realmente económicos. Los hoteles en Santa Susanna, por ejemplo, ofrecen completos servicios, una ubicación privilegiada al pie de algunas de las mejores playas de la costa de Barcelona: playa de Llevant, playa de Les Caletes y la playa de Les Dunes.

Si en vez de Santa Susanna reservas hotel en Malgrat de Mar, podrás disfrutar del último pueblo del Maresme situado justo al lado del río Tordera que hace de frontera con el litoral de Girona. Su gran playa de 7 km de longitud es uno de sus principales atractivos, que lo ha llevado a ser uno de los municipios más turísticos del Maresme. Sin embargo, Malgrat de Mar es mucho más que playa. Merece la pena visitar su Monte Castell, desde donde se puede ver toda la localidad y sus alrededores; la iglesia de San Nicolás, llamada también la Catedral de la Costa por su ubicación y su gran tamaño, teniendo en cuenta que Malgrat no es ni mucho menos uno de los pueblos más grandes de esta costa barcelonesa.

 

Destinos 2014 en la costa de Barcelona

Barcelona es mucho más que ciudad y vanguardia. La provincia esconde una de las costas más acogedoras de España, en la que se pueden encontrar pueblos llenos de encanto en los que dejar de lado todas las preocupaciones y volver a vivir como hace más de 30 años: tranquilidad, seguridad y buenos alimentos. La costa de Barcelona está llena de destinos que esperan a ser redescubiertos durante este 2014: Pineda de Mar, Calella, Santa Susanna…

Muchos de estos pueblos de la costa de Barcelona han caído en el urbanismo y la sobre construcción pero, aún así, la mayoría conserva su imagen de lugar de vacaciones en el que todo discurre con la calma y la tradición de un pequeño pueblo marinero de larga historia. Uno de los más turísticos es por ejemplo Calella, donde la planta hotelera y de restauración ha crecido tanto que es complicado elegir donde alojarse o comer sin entrar en un largo debate.

Hotel Fergus Montemar

Hotel Fergus Montemar

Los hoteles en Calella no son, sin embargo, grandes buques de turismo de masas, sino más bien enclaves familiares a los que cada año acuden los veraneantes de siempre, con sus familias, los amigos y los conocidos que se juntan cada temporada a disfrutar del sol a orillas del Mediterráneo. Es cierto que entre todos ellos hay una gran colonia de extranjeros que se han enamorado de esta costa y otros que, sin más, han llegado como por casualidad. Todo ello combinado da lugar a un conjunto divertido y extravagante en el que las horas se miden con otros ritmos muy diferentes a los de cualquier ciudad.

Santa Susanna es otro de los grandes destinos que merecen la pena de esta costa del Maresme-Barcelona sobre todo si planeas un viaje en familia o una escapada deportiva con el grupo de amigos: es uno de los lugares con más y mejor oferta de actividades al aire libre de la costa catalana. Incluso los hoteles en Santa Susanna están especializados y ofrecen servicios concretos para deportistas junto con un gran abanico de planes para disfrutar con los niños.

Hotel Fergus Mar Mediterranea

Hotel Fergus Mar Mediterranea

Y entre Calella y Santa Susanna, otro destino recomendable en esta costa de Barcelona es Pineda de Mar, localidad que destaca por su cercanía al Parque Natural de Montnegre y su increíble tranquilidad. Los hoteles en Pineda conforman una gran zona residencial de primer nivel, en la que la calma, el ambiente familiar y la naturaleza se entremezclan para conformar uno de los lugares de vacaciones de larga estancia más importantes de Cataluña: pasar un mes de vacaciones en Pineda es un excelente bálsamo contra el estrés.

Los alojamientos y servicios de estas zonas turísticas son de alta calidad y los precios, en contra de lo que pueda parecer, mucho más asequibles que en otros destinos que, por modas o eventos puntuales, se han vuelto prohibitivos. A veces, cambiar e improvisar es la mejor forma de descubrir agradables sorpresas en un viaje.