Aunque hay muchos (muchísimos) destinos turísticos en España que son conscientes de su sobreexplotación y saturación, muy pocos han sabido encontrar la vía de escape, la fórmula de revitalizar el encanto perdido y recuperar el atractivo que durante años los colocó en el punto de mira de viajeros de todo el mundo.
Benidorm, Torremolinos, Salou, Playa de Palma… Hay ejemplos para todos los gustos y todos con mayor o menor fortuna han iniciado planes para reorientar su futuro: la Playa de Palma, en Mallorca, dio sus primeros pasos hace unos años con un plan de reforma integral que pretendía recuperar más espacio frente al mar para paseo y parque, llevando los hoteles a segunda línea y ofreciendo un área de recreo y esponjamiento mucho mayor que la actual. Reformar hoteles, crear grandes áreas naturales, mejorar las comunicaciones… La llegada de la crisis económica y la pérdida de margen por parte de una Administración Autonómica salpicada por casos de corrupción han estancado el proyecto dejándolo en Stand By.
Otros aún están estudiando la mejor manera de poder afrontar sus retos de futuro. Es el caso de Benidorm, donde este año se celebrará el foro de turismo dedicado precisamente a buscar soluciones para convertir a la capital de la Costa Blanca en una Smart City Destination. Por el momento, los pasos dados son diminutos y la ciudad sigue anclada en un turismo de los años 60 que ya no encuentra respaldo en la demanda actual.
Sin embargo, el binomio entre muchas administraciones y gobiernos y la iniciativa privada sí parece haber encontrado una solución para que merezca la pena seguir invirtiendo en estas zonas maduras. Un buen ejemplo es el caso de Melià en Magaluf, con la creación de su nuevo concepto de resort Calvià Beach, o el de algunas cadenas hoteleras como Sandos, Fiesta, Garden Hotels o Marconfort, que este verano estrenará un nuevo hotel temático en Benidorm.
El caso de Magaluf
El grupo Melià Hotels International ha sido el autor de uno de los proyectos de reactivación de un destino maduro con más éxito en el territorio español: el proyecto Calvià Beach Resort, declarado de Interés Autonómico y para el que ha contado con el apoyo de instituciones públicas como el Govern balear y el propio Ayuntamiento de Calvià.
El trabajo de la primera fase del mismo, terminada en octubre de 2012, consistió en la reforma y reconversión de 4 hoteles vacacionales en Magaluf orientados a familias en hoteles especializados para segmentos muy concretos de viajeros con medio y alto poder adquisitivo: deportistas, parejas, jóvenes extranjeros… En total, cerca de un 1 km de la costa de esta famosa localidad mallorquina enfocada principalmente al turista británico y donde desde hacía ya varios años el negocio turístico y los datos socioeconómicos de toda la zona registraban caídas en picado.
Entre los nuevos hoteles reactivados destacan el Beach House –que desde finales del pasado año ha pasado a llamarse ME Mallorca– que integra un Nikki Beach, servicio concierge y el famoso Wave House, orientado a jóvenes y amantes del surf y que incluye una piscina de olas gigante a un paso del mar. Al lado, el Hotel Sol Cala Blanca y el Sol Antillas Barbados, que todavía conservan parte de la antigua esencia de hoteles de vacaciones Solo Adultos y hoteles para niños vinculados a la línea de resorts de playa Sol Hoteles; y, por último, la incorporación del parque temático Katmandú creando el primer hotel con parque de atracciones de Mallorca.
Diseño cuidado e instalaciones innovadoras que invitan a disfrutar de una experiencia dentro del propio hotel que da valor al destino han sido las claves que han marcado este proyecto por el cual el grupo hotelero ha obtenido la placa al mérito turístico del Ministerio de Industria que reconoce el esfuerzo realizado en la modernización de un área madura, en este caso Magaluf y, en general, toda la costa de Palma Nova.