El concepto de hoteles ecológicos ha empezado a calar de forma muy profunda en Europa. Aunque en España todavía hay escasos ejemplos en este sentido, cada vez se oyen más voces a favor de un proyecto turístico como país que se sustente en unas bases de industria sostenible: hoteles y servicios energéticamente eficientes, cuidadosos e implicados con el entorno natural que los rodea, comprometidos con la sostenibilidad del destino y su sociedad en diferentes dimensiones.
La conversación ha llegado ya a algunas de las cadenas más importantes de nuestro país y son muchas las que han tomado medidas encaminadas a lograr esa distinción de “hotel ecológico” que se está consolidando como un valor añadido más.
De hecho, en la última edición de Fitur, se dedico un apartado específico –Fitur Green– al análisis de la sostenibilidad turística en nuestro país en el que se contó con la participación de algunos de los representantes más destacados de este sector específico, como el Global Sustainable Tourism Council y el Institute for Responsible Tourism, entre otros
Un buen ejemplo del trabajo que se está haciendo en este sentido por parte del sector turístico español lo encontramos en Tenerife en uno de los hoteles del grupo Sandos, el Sandos San Blas Nature Resort & Golf, un complejo de alojamientos en San Miguel de Abona, al lado de la reserva ambiental de San Blas, en el que se ha incorporado todo un programa de actividades ecológicas para los clientes, desde rutas y tours en balsas por la reserva natural a un club ecologista especial: el Sandos Eco Club, que organiza actividades para preservar los valores ecológicos de este territorio volcánico de Tenerife y colabora con otras instituciones de la comunidad en este sentido.
Es un modelo interesante y que merece la pena aplaudir, si bien todavía dista mucho de parecerse al que la Unión Europea ha considerado el hotel ecológico de Europa: el Hotel Garden Court en Holanda, un establecimiento energéticamente eficiente, en el que no se utiliza climatización artificial sino que los propios materiales crean una protección óptima para garantizar una temperatura ambiente siempre adecuada.
Pero el Garden Court ha sabido ir más allá y presume de ser el único hotel de toda Europa que ofrece a sus huéspedes gastronomía cien por cien bio, un elemento que se ha convertido en uno de los principales atractivos de este establecimiento que atrae ya a visitantes de todo el mundo.