Aunque muchos creen que la mejor época para visitar Mallorca es el verano, los que vivimos en la isla sabemos que no es del todo cierto: si bien la llegada de los meses de más sol es una bendición y las aguas del Mediterráneo se convierten en una gran bañera de agua templada, la gran afluencia de gente y el sofocante calor del mes de agosto no son la mejor compañía para un viaje de relax y paz a orillas del mar.
Playa de Muro, Mallorca
El otoño, sin embargo, es un momento perfecto. Es probable que haya algunos días de tormenta (que a estas alturas de la película ya se agradecen) y la gran masa turística ha dejado las playas con una plácida soledad que invita al descanso. El agua de las costas de Mallorca conserva todavía una temperatura perfecta para bañarse largo y tendido y, aunque la mayor parte de los bares de playa y hoteles ya están cerrados, los que quedan son un remanso de paz en los que disfrutar de buena gastronomía y una atención mucho más personal que la que uno puede esperar en agosto.
Entre octubre y noviembre, Mallorca es, de verdad, la isla de la calma. Además de poder aprovechar las playas, ésta es también la mejor época del año para la práctica de todo tipo de deportes: los vientos que llegan de cuando en cuando a la costa convierten las bahías de Palma y Alcudia en escenarios ideales para la vela y el Kitesurf; la Sierra de Tramuntana es un lugar perfecto para relajarse caminando y descubrir hermosas calas escondidas; el cicloturismo toma las carreteras de la isla y los campos de golf se convierten en centros de encuentro de personalidades de todo el mundo.
Iberostar Suites Hotel Jardin del Sol
En esta época, es además cuando los pueblos de Mallorca respiran su ambiente más auténtico: ferias agrícolas y ganaderas (las llamadas firas de tardor), de artesanía y mercados tradicionales, las bodegas repletas tras la vendimia, las lonjas llenas de deliciosos productos del mar… El otoño transforma a Mallorca en una caja de sorpresas gastronómicas y culturales.
Para los que finalmente se animen a conocer esta cara oculta de Mallorca, lo mejor es elegir un alojamiento que se adapte al tipo de viaje que se tiene en mente. Aunque hay todo tipo de hoteles de lujo en Mallorca y, en general, toda la isla tiene muchos encantos que ofrecer, la ubicación en esta época es importante.
Fergus Style Cala Blanca Suites
Si uno sueña con unas vacaciones activas, la mejor alternativa es reservar un hotel en Playa de Muro. Aquí hay numerosas e interesantes propuestas que van desde un hotel con spa en la bahía de Alcudia, rodeado de jardines y dunas naturales, a un hotel especial para deportistas, con garaje para bicicletas y taller de reparaciones pensado para los que acuden a la isla a practicar ciclo turismo.
Para los que buscan relax y aprovechar los últimos rayos de sol del año, uno de los mejores lugares de la isla es una zona llamada precisamente Costa de la Calma: un lugar perfecto para disfrutar de un rico pa amb oli tradicional a orillas del Mediterráneo y con una de las puestas de sol más increíbles de la isla.
Justo en esta costa, hay un par de hoteles interesantes: el Iberostar Jardín del Sol, que es un hotel para escapadas románticas en Mallorca, y el Fergus Style Cala Blanca Suites, que está a los pies de Cala Blanca, una pequeña entrada de mar con rocas y aguas limpísimas. Ambos están en la parte escondida de la bahía de Santa Ponça y es una de las zonas de baño más frecuentadas por los que vivimos en Palma.
Fegus Boutique Bon Repos
Otra buena alternativa es alojarse en el mismo pueblo de Santa Ponça. El bullicio que reina en verano ya se ha apagado y esta localidad se convierte en un destino ideal para el descanso. De hecho, muchos extranjeros han elegido esta zona para comprar su segunda residencia y el ambiente es el de un pueblo de mar en el que se mezclan la cultura local con costumbres de todo el mundo.
En el centro de Santa Ponça hay muchos hoteles, pero hay un par que destacan entre los demás: uno de ellos es uno de los pocos hoteles boutique en Calvià que se pueden encontrar, conocido con el nombre de Bon Repos (buen descanso); el otro es un hotel en la misma playa de Santa Ponça: el Plaza Santa Ponsa, también de la cadena Fergus Hotels, más tradicional pero con una ubicación impecable, junto al parque y la plaza central del pueblo.